Las presentaciones en PowerPoint de las más variadas temáticas circulan por Internet sin restricciones. Casi todos los internautas, prácticamente a diario, reciben una como fichero adjunto de un mensaje de correo electrónico. Las envían los amigos, los colegas y los familiares. A menudo, cual cartas en cadena, el destinatario las reenvía a toda su lista de contactos. ¿Quién no ha abierto alguna vez alguna?
¿Quién no se ha echado unas risas en la oficina a primera hora de la mañana con una de ésas presentaciones? ¿Alguien se resistiría a abrir una que se llamara “real kamasutra.pps.exe“? ¿Caería en la tentación o sospecharía de un fichero ejecutable (con la extensión .EXE)? El problema es que, bajo el subterfugio de mostrar diferentes posturas sexuales, se esconde un código malicioso que infecta el ordenador.
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