Lo que hasta ahora parecía una secuencia propia de una película de ciencia ficción, de pronto se ha hecho realidad. Google dispone de una flotilla de automóviles capaces de circular sin necesidad de intervención humana. Se trata de seis Toyota Prius y un Audi TT equipados con un programa de conducción propio de la casa, y las modificaciones de hardware pertinentes, que han recorrido más de 1600 km de forma autónoma.
Estos automóviles están totalmente robotizados, plagados de cámaras y de sensores de proximidad, que hacen una lectura de la carretera, del resto de automóviles, de los obstáculos y del paisaje, en unos 70 m a la redonda, pero del proceso de la cartografía y de las decisiones se encarga un paquete de servidores muy potentes situados en la sede de Google. El experimento ha sido posible gracias a que la compañíallegó un acuerdo con las autoridades. Los policías de carretera sabían que los coches estaban llevando a cabo el experimento, y en cada uno de los automóviles iba un conductor experto capaz de tomar el mando del vehículo ante la más mínima emergencia.
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